
Terminó de recoger las sobras de una cena muy escueta, y siempre dando gracias, por lo que Él les había dado, se asomó a la ventana, apagó la luz de aquel candil, pues con la luz brillante de aquella hermosísima Luna llena sobraba, y no estaban los tiempos como para ir derrochando. Le llamó la atención tanta luz en el campo, y salió fuera, la luna llena derramaba su manto sobre aquellos campos, y le pareció curiso, que, pese a tanta luz, el cielo estaba salpicado de estrellas, mientras se asombraba por este hecho, una brisa de aire caliente, la envolció y le acarició la cara llenándola de un grandisimo sentimiento de paz y de amor. Nadie se lo había dicho, pero en ese instante supo que acababa de ser abuela. Con los ojos cerrados y una enorme sonrisa en el rostro, sintió aquella bendita emoción que le inundaba el corazón, la despertó de aquel bello sentimiento el ulular de una paloma blanca que sobrevolaba en círculos sobre ella, y fue entonces cuando ya no tuvo dudas.
Se agarró el pecho, y gritando entró en casa: - Joaquín, Joaquín, que la niña ya es madre, !Que somos abuelos!.
Feliz navidad a todos, que Jesús nazca en el corazón de todos los hombre de la tierra, sin importar distancias, creencias, ni tiempo, que traiga el amor más puro a este mundo que tantísimo lo necesitia. Y un fuerte y gran beso para ese ángel que nos cuida desde el cielo.