La oración siempre es el verdadero refugio del alma, es curioso, cuando nos preocupa algo físico acudimos al médico o al facultativo indicado, pero cuando nos preocupa algo del alma, cuando no encontramos consuelo no acudimos al que nos ayuda de verdad. Por desgracia, la Oración se ha sectarizado, es así, hay que asumirlo, cada vez son menos los que rezan, los que le piden y los que le dan gracias, y más los que ven en esto algo del pasado, innecesario y que roza el rechazo social. Podríamos derivar esto de una modernización demasiado acrecentada en la que las costumbres que muchos reconocen como medievales no tienen cavida. Pero la realidad radica en que la educación en la oración se ha descuidado hasta el punto de no existir prácticamente. Realmente, si comprobáramos lo que se puede conseguir rezando todas las noches, con un corazón realmente entregado, cosa difícil por otro lado, no lo podríamos creer. Pero insistimos en que la educación lo ha descuidado. Los que nos tienen que enseñar su importancia, están demasiado atareados en diversas tareas, o se ha caído en el vacío concepto de que, el que quiera rezar que se acerque a Dios, a lo que se puede leer entre líneas, que Dios no se va a acercar a él, o lo que es lo mismo una desevangelización. ¿que hubiera sucedido si Jesús en lugar de predicar se hubiera sentado a esperar a que vinieran a Él?.... impensable.
Rezar no está de moda, es hasta excluyente para una sociedad modernizada, normalizamos cientos de cosas, hasta alardeamos de las de nueva creación y estilo, y sin embargo nos falla, en estos tiempos, hablar de oración, no en los círculos cercanos, donde seguro que se tiene contácto con ella, si no donde ni siquiera se nombra, por que lo fácil es enseñar inglés en América, pero lo difícil es enseñar inglés en Afganistán, donde hasta el idoma puede ser considerado enemigo por temas políticomilitares.
Tomar un café y hablar de oración, o cenar en un bar y hablar de dar gracias, o en una discoteca hablar de semana santa.... normalizar algo, que realmente pensamos que está normalizado pero, por desgracia, no es así, increíblemente se hacen guetos de fe, triste realidad que no se asume y con la que se debe de hacer algo.
La JMJ sirvió para enseñar a muchos que España vibra de fe, pues que ese espíritu siga, allí hasta estuvieron las cofradías presentes por que somos extremadamente importantes, somos instrumentos para llegar a Él, aun que aún no se nos vea así. Todavía hay cofrades que preguntan, por qué en Agosto se habla de Semana Santa, y yo pregunto, y tú siendo Cofrade, ¿Por qué no hablas en agosto de Semana Santa? que poco se conoce que es ser Cofrade y su igualdad con ser Cristiano.
Este año se proclamará el año de la fe, y es el momento en que las cofradías tenemos que tomar parte, debemos de proclamar la fe, dar fin realmente a nuestras imágenes a nuestros venerables titulares, y a través de ellos llegar a la oración, a la conversación con Dios, si es necesario una procesión tras otra, hacerlo, y los que ven en esta última frase una locura, se deberían plantear que están haciendo ellos por la oración, por que por desgracias jóvenes cada vez hay muchos menos en las iglesias, y los mayores que quedan y acuden a ella no vivirán eternamente. Los cofrades llegan a Dios a través de una corneta, de un costal, de la lectura de un pasaje, de una vela, de un palio, de una imagen, de un rosario... pues hay que potenciar esto, bienvenido el que llega a la iglesia, a la oración, a través de esto, como decían, lo importante es que vengan luego ya se verá que hacer. Hay que intentar que este año nos sirva para renormalizar algo que pensábamos que siempre estaba, y que cada vez son menos los que lo conocen, que no es otra cosa que hablar con el que tantas alegrías nos da, con el que siempre nos apoya, y con el que, como dice Mecano, con el que siempre nos lleva en brazos y nunca nos abandona, con Dios. Mecano un grupo profundísimo, en sus canciones y que no tuvo reparos en hablar de fe y oración.
Y para comenzar con esa normalización os dejo esta preciosa canción de El Romance de la Niña Marialuz, quien sabe, a lo mejor despierta en alguien la necesidad de rezar.