Pese a que no sea fácil continuar con el día a día, sabiendo que en nuestras vidas y en la trabajadera quedará siempre un hueco que no se llenará, como no paran de repetir estos días, hay que seguir adelante, sin olvidarla nunca, teniéndola siempre presente, en nuestras oraciones y en nuestra vida, ya que antes o después nos encontraremos con ella. Han sido varias las personas que nos han insuflado ánimo, para seguir adelante, con palabras sabias: "si defendemos la fe con nuestra hermandad, creemos en Dios, en su bendita madre, creed también que ella está ya en un lugar mejor, y que ahora nos va a cuidar a todos". Y con esas palabras me quedo, para ser fuertes y continuar hacia adelante, porque ella luchó mucho por nuestra hermandad como para vernos ahora a todos tan decaidos, seguro que nos animaría con sus palabras llenas de fe, y seguro que ella está triste porque estamos tristes, tenemos que recordarla con cariño, nunca olvidarla y tenerla siempre presente, luchar ya, para seguir haciendo grande nuestra hermandad, seguir defendiendo y engrandeciendo la fe, que es lo que ella hacia y que mejor muestra que demostrando, que creemos y estamos confiamos en que Esther ya está con Dios en los cielos, a su lado y que algún día nos volveremos a encontrar y tendremos tantísimas cosas que contarnos que ni la eternidad será suficiente.
Desde aquí, pongo este granito de arena, y lo transmito a los demás confiemos en que ella ya está en el lugar que tanto defendemos, ya está en el amor de Dios.