Yo estoy deseando de que empiecen esos ensayos, esas tardes del domingo que estamos todos juntos riendo, gastando bromas.... etc
Es muy larga la espera de un año al otro para empezar a ensayar.
Para mí es un orgullo poder contar con esos costaleros que quieren tantos a sus titulares.
Y sobre todo poder contar con todos esos que llevan desde el principio con sus titulares. Os doy la enhorabuena a todos.
Mi vivencia como costalera del paso de palio:

Empecé con 17 años como costalera con mi Virgen de la Esperanza....
El primer día que la vi.... sentí algo muy fuerte y decidí llevarla entre mis hombros.
Yo ya había sido costalera, pero solo a un hombro, y aquí era a dos.
Era algo nuevo para mí, ya que iba a ciegas, porque ahí dentro no ves nada. Sólo es oscuridad, silencio, sentimientos....
Los ensayos eran muy divertidos, ya que gastábamos bromas, movíamos la caderita según la marcha que sonara, y racheabamos....
Yo misma pensaba en los ensayos que como en tan poco tiempo podía quererla tanto...
Llegaba el día de nuestra primera estación de penitencia. Todos con los nervios a flor de piel, ya que salía por primera vez a la calle. La plaza estaba a reventar de gente.
Me pasé toda la estación de penitencia llorando, y no de tristeza. Si no de ilusión por llevar a la madre entre mis hombros, por pedir para mi familia......Y porque QUERÍA Y QUIERO TANTO A MI VIRGEN DE LA ESPERANZA......

Yo no podía parar de llorar, y más cuando en la calle Mesón, una persona pidió por el abuelo de mi pareja. Y mi pareja fue quien tocó el llamador para hacer esa levantá. A partir de ahí no podía parar de llorar hasta que la madre volvió a la iglesia.
En mi tercera estación de penitencia, la madre estrenaba palio. Y se veía hermosa.

Ese año tuvimos que poner una rampa ya que con el palio, podían haber problemas a la hora de la bajada. Pero con o sin rampa todo salió a pedir de boca...
Y la plaza volvía a estar repleta que gente, ya que la madre iba de estreno con su palio.
Esa estación de penitencia como todas, los costaleros rompían a llorar. Y con razón, ya que una de las costaleras perdió a su madre. Y en el momento en el que hicieron una levantá por su madre, todos arrancaron a llorar cuando ella empezó a llorar.
En mi cuarta estación de penitencia, había algo novedoso, y es que su hijo esta vez la iba acompañar con ella. También el estreno de la marcha ESPERANZA MORENA que un miembro de la hermandad y junta de gobierno la había hecho para ella. Y también que tanto nuestro padre como nuestra madre llevaban escoltas.

Todo el mundo estaba esperando su salida, ya que a mucha gente que ya había visto, Ntro. Padre Jesús de la Salud ya le había impresionado bastante.
Para mí unos de los años más preciosos ha sido este, y os voy a contar porque. Al pasar la calle San Pascual se le hizo una petalada a la Virgen. Y el estar como costalera y ver como caen esos pétalos que ves a través de los respiraderos a malas penas, y a la vez que andas los vas pisando.... es una sensación muy bonita. Y también el encuentro con La Caída, esos bailes que les hacemos... son recuerdos que siempre permanecerán en mi mente.

Si solo de recordarlo me ponga a llorar...
Hasta aquí mis cuatro años como costalera de la Virgen de la Esperanza, y lo seré hasta que pueda.
Si después de esto has sentido algo, ¿a que esperas para hacerte costalero/a de la Virgen de la Esperanza o Ntro. Padre Jesús de la Salud?