Apenas si hace una hora que hemos pisado nuestro pueblo, y ya estamos aquí, delante del ordenador para contaros a todos nuestros lectores la brillantez, la motivación, la alegría, el buen rollo, la fe y la devoción que hemos pasados en estos días, en el Viaje al Rocío.
Como todos sabéis, el Jueves pasado, un grupo de abanzadilla, partíamos hacía la Aldea, para preparar las cosas allá abajo. El viaje, más corto que de costumbre, y la primera para en Triana, para visitar a la Esperanza y hablar con el secretario de la hermandad, para que el sábado, día en que visitaríamos la capilla, estuviera abierta. Pero antes de esto, cual fue nuestra sorpresa, que nos encontramos a Samuel, el orfebre que está realizando la corona de la bendita Madre, allí, se pueden suponer la alegría, según nos contó estaba por allí ultimando algunos detalles y adquiriendo material para la realización de la corona de nuestra madre. Tras plantearle el motivo de porque estábamos allí, nos acompañó hasta el tercer piso de la hermandad de la Esperanza de Triana. Se movía como pez en el agua.
Una vez pasado el momento partimos para el Rocío, y la sorpresa fue mayor, al ver que la casa era una verdadera maravilla, de muy reciente reconstrucción, los de la inmobiliaria nos aseguraron, que tuvo un estreno famoso, pues un conocido futbolista paso la noche vieja allí. Todo cuidado al detalle, sabíamos que le encantaría a los viajeros.
A la mañana siguiente, Viernes, comenzamos a prepararlos todo para la venida de los viajeros, camas, comida, salón, etc... además de, como no, visitar la Ermita, que, casi sin nadie pudimos deleitarnos con la paz, y la mirada compasiva de la bendita madre del Rocío, le dimos gracias por dejarnos estar allí un año más y además acompañado de gente tan buena. Pasamos nuestra medallas por el trocito de manto de la Virgen que esta cerca del reja, y volvimos a casa. A las 18:45, salía el autobús, con todos los viajeros, dirección El Rocío, varias decenas de llamadas, impacientes por que ya llegaran, se fueron sucediendo durante toda la tarde, ya entrada la noche llegaron, los primero, que en coche, se habían adelantado al autobús, alrededor de las 03:30h. el autobús aparecía por el horizonte. A la llegada, abrazos, ilusión, alegría, .... por fin, estaban allí. Habíamos preparado un tentenpie, que se alargo hasta casi las 05:00h. de la mañana, mientras la gente organizaba sus habitaciones, se distribuían, y algunos, aseguraban, que se querían ir a ver el Rocío y a los "Marismeños" un bar donde se pasan muy buenos momentos de la aldea. Pero parece que pudo más el cansancio.
Con los viajeros, aquí, comenzaba lo bueno, como se demostró después y como se atestiguó, con lágrimas en el momento de la partida. Pero, de momento, hasta aquí escribo, mañana más.