El segundo día, comenzó con más de una cara llena de ojeras, pero con muchas ganas y mucha ilusión, el desayuno fue abundante y variado, y entorno a las 10:00h. partímos para Sevilla. Apartando la Odisea de salir del Rocío, el viaje fue tranquilo. Lo primero en visitar, Triana, y a la Esperanza de Triana. Allí la gente se deleitó con los titulares de esta hermandad, después a la hermandad de la estrella, y de ahí por el puente otra vez a la catedral, atravesando el arco del postigo, y narrando, cuando así era necesario, las historias que encierran gran parte de las calles de la capital Hispalense.
Ya en la catedral, pudimos deleitarnos con lo rico de aquella construcción, destacando además la subida a la giralda, y, el sonido melodioso de las campanas.
Por la tarde, comenzamos la visita en la Macarena, tras visitar la basílica y el camarín de la Virgen que estaba abierto, entramos al museo, donde poco a poco se desgranaba la historia de la Macarena, los viajeros se quedaban maravillados, pues muchos, era la primera vez que veían todo aquello, la gente, asombrada con los dos pasos de la hermandad, que estaban montados, en la primera planta del edificio.
Una vez terminada la visita partímos hacía gran poder, donde muchos perdímos las lágrimas ante el Dios mismo que había bajado del cielo para entrar en aqulle Basílica.
El viaje a Sevilla, había sido agotador, pero eso no quito a que por la noche se montara una buena fiesta en la casa. Primero en la cocina, donde con el cajón, se empezarón a palmear rumbas y Sevillanas, luego en la cena y más tarde en las copas. A las 00:00h. como no podía ser de otra manera, la Salve, delante de la Reina de las Marismas, y después a seguir la fiestas, vestidos de flamenca que habían en la casa, o que diferentes mujeres se habían traido levangtaron aún más los ánimos, la candela de la chimenea, se apagó pasadas las 03:00h. de la mañana, todo entre cantos, alegrías, diversión de todos y vivas a la Virgen del Rocío y a la Virgen de la Esperanza.
Quien nos iba a decir que esas cuatro paredes iban a traer tanta felicidad y tanta alegría a todas las personas que estábamos allí.
El tercer día, podemso adelantar, que, pese a que estubo lloviendo gran parte del día, lo pasamos a lo grande, pero eso ya lo contaremos mañana.