Llegaba pasadas las 23:00h. de la noche, y era acogida por centenares de personas que eufóricas apluadían a la apertura de la puerta del camino y la salida, en primer lugar del Icono, y después de la Cruz. Atravesó el pueblo, entre la alegría y los cantes de unos jovenes que le tenía ganas, mientras las campanas repicaban sin cesar, a la entrada de las Iglesia nuestra hermandad le presentó el Simpecado, la emoción de nuestra madre, para que bendijera a cada uno de lso hermanos de nuestra cofradía.
La vigila, se llevó acabo en una iglesia abarrotada, tras esta, se ofreció el cariño a la Cruz, mediante un beso de cada uno de los presentes. Tras un periodo de descanso, y enfilando las 02:00 de la madrugada, se pasó al via crucis cuyas estaciones eran cantadas por el coro parroquial, el coro juvenil y el Coro Neocatecumenal, estación por estación nos condujo hasta el verdadero misterio de Cristo.
Tras esto, y con una iglesia más meguada, nos preparamos para llevar la cruz a Callosa de Segura, no sin antes, los presentes de nuestra hermandad, los que habían quedado, porque muchos habían sido vencidos por el cansancio, nos retaramos para la historia, junto a la cruz, una curz que no volverá a pasar hasta dentro de muchos años. A la salida de la Iglesia, tanto el icono, como la cruz, torció su caimino, y se presentó a la Santísima Imagen de Nuestra Madre la Virgen de la Esperanza, algo que emocionó a más de uno.
Tras un chocolate para reponer fuerzas, partímos entorno a las 04:00h. de la mañana, camino de Callosa, un camino que dió inicio con el Santo Rosario, y que fue acariciado por canciones y por más de 40 personas que entre alegrías caminaban junto a la Cruz, a las 06:00h. se la entregabamos a Callosa, y ya quedaba en el recuerdo que la Cruz que Juan Pablo II entregara a los jóvenes del mundo que visitó nuestro pueblo, nuestra parroquia y que se presentó ante nuestra bendita madre de la ESperanza.